La situación descrita en relación a Hacienda, los autónomos y los influencers plantea varios aspectos a considerar. A continuación, abordaré algunas de las ideas planteadas:
- Obligaciones fiscales desde el inicio: Según Carlos Cruzado, presidente del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA), los influencers que comienzan su actividad deben darse de alta y cumplir con las obligaciones fiscales correspondientes, incluso antes de empezar a generar ingresos. Esto implica el pago de la cuota de autónomos, que en algunos casos puede ser de aproximadamente 80€ mensuales.
- Tributación de regalos y colaboraciones: De acuerdo con la normativa fiscal, los regalos recibidos por los influencers también están sujetos a tributación. Si se realiza una colaboración por un valor de 100€ en productos, el influencer deberá pagar impuestos sobre este valor. Además, los influencers invierten tiempo y posiblemente dinero en material y creación de contenido, por lo que se plantea si es justo que también se les exija pagar impuestos sobre los productos recibidos.
- Contratación de un gestor: Para aquellos influencers que no son buenos con los números o no tienen conocimientos sobre gestión fiscal, se sugiere contratar los servicios de un gestor para asegurarse de cumplir adecuadamente con sus obligaciones tributarias. Esto implica un costo adicional para el influencer.
- Libertad y apoyo al inicio: Se plantea si sería más lógico brindar cierta libertad y apoyo a los influencers al principio de su actividad. Esto podría significar permitirles un período inicial sin la carga de obligaciones fiscales o brindarles mayor flexibilidad en términos de tributación. La idea es facilitar su crecimiento y desarrollo sin imponer barreras o restricciones excesivas desde el principio.
- Trato recibido y posibles consecuencias: Se menciona que el trato inicial que reciben los influencers puede influir en su actitud hacia las obligaciones fiscales y su relación con Hacienda. Si desde el comienzo se sienten desfavorecidos o enfrentan dificultades, es posible que sientan menos simpatía y consideren opciones como trasladar su actividad a otros lugares con condiciones fiscales más favorables, como el caso mencionado de Andorra.
En resumen, la discusión plantea la necesidad de encontrar un equilibrio entre el cumplimiento de las obligaciones fiscales por parte de los influencers y las condiciones favorables para su desarrollo. Se sugiere evaluar la posibilidad de brindar mayor apoyo y flexibilidad en las etapas iniciales de su actividad, teniendo en cuenta el impacto que el trato recibido puede tener en su relación con las autoridades fiscales y su decisión de mantenerse en el país.
