Las polémicas entre el Influencer Marketing y la hostelería surgen cada cierto tiempo, pocos sectores que deberían estar tan unidos, sufren de una fricción mayor. El poco feeling de los hosteleros y los influencers viene de lejos, sin embargo, cada poco surgen nuevas polémicas.
El otro día me encontré el siguiente texto en LinkedIn:
“Influencer es aquel que quiere comer pizza gratis y pagarla con un post. Influyente es aquel que logra que miles de personas quieran pagar por esa pizza”
Tras analizar esta frase en profundidad, nos damos cuenta de porque, pese a lo interesante que podría ser para ambos sectores trabajar conjuntamente, viven constantemente en la polémica. Es una frase que denota varios errores, lecturas equivocadas y un desconocimiento profundo del marketing de Influencers por parte de un sector, en ocasiones, demasiado abrazado al pasado.
A continuación las reflexiones que me ha dejado este post:
Un Influencer te da visibilidad, no directamente ventas.
Muchas personas, tras ver el post de un Influencer en Redes Sociales comiendo en una pizzería, pueden realizar las siguientes acciones: Guardarse el nombre de la pizzería en las típicas listas que todos tenemos de restaurantes; guardar el local en Google Maps para cuando estén por la zona; quedarse con el nombre en la cabeza (lo que facilitaría si algún día están por la zona o pasan cerca, que decidan escogerlo); o visitar las Redes Sociales del lugar (si tienen) y echarle un ojo a sus fotos de la comida y el local, pero no seguirlo por lo poco atractivo de estas Redes Sociales, o porque están saturados ya de cuentas a las que siguen.
En todas estas acciones, el Influencer ha validado claramente la pizzería y ha conseguido una reacción por parte de sus seguidores. Sin embargo, esta no ha podido ser medida por el restaurante, ni ha generado ventas directas “rastreables”, “identificables” o “medibles”.
Depende de ti inclinar la balanza de la decisión del seguidor, e inclinarla en la venta.
A partir de que el Influencer te haya dado visibilidad y te haya posicionado como “atractivo” para sus seguidores, los siguientes pasos dependen de ti.
Desde que te siga, aquí depende del trato que le des a tus redes sociales y de si subes contenido de valor, para que el usuario decida “regalarte” su follow. Muchas veces no seguimos a un restaurante, sin embargo, entramos en su Instagram para decidir si vamos o no, importando bien poco los seguidores, por ejemplo.
Hasta las ventas, que vendrían provocadas por muchos factores que recaen totalmente en ti, como pueden ser, tus precios, tu sistema y disponibilidad de reservas, la accesibilidad de tu local y su ubicación, tus puntuaciones en Google Maps y comentarios recibidos, el atractivo de tus fotografías de producto, transparencia en cuanto alérgenos…)
Sin mencionar la elección del Influencer como parte de tu responsabilidad, entender a su comunidad y descifrar si es interesante para tu negocio.
Pagas con pizza, ten eso también en cuenta.
Publicidad offline, desde un anuncio en un periódico o revista local, una valla publicitaria, buzoneo… A publicidad online: SEM, Facebook Ads…
Nadie te va a permitir pagarle en Pizza, sin embargo, si todas las otras estrategias no funcionaran, entonarías el “mea culpa”, mientras que en esta, dejas caer toda la responsabilidad sobre el Influencer.
Siendo además de la más barata en ocasiones y la más cómoda para ti (siempre es preferible pagar en especia que en dinero, para cualquier negocio). Y lo a veces injusta con el “creador e influencer”, que no recibe una compensación monetaria por su trabajo.
Todos sabemos que las facturas no se pagan con “likes”, pero tampoco con “pizza”.