Muchas marcas siguen sin sacarle partido a esta herramienta y dan palos de ciego mientras dilapidan sus presupuestos de Marketing.
- No tienen objetivos claros. Lo hacen por inercia, porque lo está haciendo todo el mundo… Con lo que a menudo se queman fácil y se desencantan.
- Tratan a todos los influencers como un global. Como si fueran la misma persona, haciendo campañas con varios, totalmente iguales y sin considerar las características únicas de cada uno.
- Todas quieren a los mismos influencers. Atendiendo más a fama o éxito momentáneo, que al match con la marca.
- No conocen al influencer. No han tratado con él y no saben quién es, cómo piensa o cómo actúa.
- Las marcas pequeñas cometen errores, pero las grandes, curiosamente, cometen los mismos o más.
- No devuelven feedback de la campaña, no la cuantifican bien… Con lo que no hay un aprendizaje por ambas partes. Consideran éxito las ventas nada más.
- Gastan muchas veces el dinero, porque lo tienen presupuestado. Como si estuvieran obligados, sin plantear bien la estrategia.
- Se dejan llevar por él físico o por gustos personales de la persona que lo gestiona. No piensan globalmente como marca.
- No consiguen conectar con el influencer, no hay match. Al no conectar la acción es fría e impersonal.
- No siguen al influencer. No han visto muchas veces nada de lo que han hecho en el pasado, viendo su día a día a través de stories por ejemplo.
- Cuando mandan producto, muchas veces ni si quiera rastrean que se haga la acción acordada. Tampoco la repostéan, porque ni si quiera están atentos cuando la sube y ni la ven si quiera.
- No cumplen con el envío del producto, en los plazos establecidos o lo acordado previamente. Con lo que ya la acción nace antes de empezar con problemas o conflictos.
- Realizan acciones demasiado prefabricadas, con lo que la audiencia lo nota y no funcionan.
- Quieren la acción en determinada fecha, en vez de en una horquilla de días. Algo complicado con los influencers, ya que son personas y si por ejemplo el día anterior les ha pasado algo y además la audiencia lo sabe, no tiene sentido forzarles al día siguiente. Ambas partes dañaran su reputación por el capricho a veces de la marca.
- Suelen abusar de las campañas “One shot”, perdiendo las ventajas de las campañas a largo plazo que son las que mejor funcionan. Muchas veces quedándose con los resultados de la primera acción, que no tiene porque ser un reflejo de las 2/3 siguientes, habiendo a veces una progresión exponencial entre la primera y la tercera.
- La situación geográfica. Muchos influencers tienen audiencias muy distribuidas en el mapa, con lo que no encajan con marcas muy locales.
Esto evidentemente son los problemas globales, claramente hay muchas marcas haciendo un gran trabajo y exprimiendo muchísimo el influencer marketing. Muchas veces esto es lo que marca porque determinadas marcas lo están “pegando” y otras no.
